La nueva ley del aborto que el Ministerio de Igualdad presenta al parlamento contempla la posibilidad de que las jóvenes embarazadas de 16 años puedan decidir libremente el aborto sin necesidad del permiso paterno.
A esa edad no se puede conducir un coche, tampoco adquirir tabaco ni alcohol, pero sí adquirir la "píldora del día después" y, si la nueva ley se aprueba, abortar. Sin embargo no podrá votar esa ley la población a la que va dirigida, ya que este derecho sólo se ejerce a partir de los 18 años.
Esta propuesta del gobierno ha levantado polémica, ya que se duda acerca de si los jóvenes a esa edad poseen la madurez suficiente como para decidir con conocimiento pleno.
¿Es esto decidir sobre algo que ocurre en el propio cuerpo o tiene otras implicaciones éticas o morales?
En noviembre pasado una inglesa de 13 años fue considerada capacitada para negarse a recibir un trasplante de corazón. Prefirió pasar sus últimos días en casa antes que recibir otro tratamiento que no le proporcionaba garantías de éxito. En España los menores de 16 y 17 años pueden decidir por sí mismos sobre si son sometidos a una intervención quirúrgica o a un tratamiento sanitario, salvo en el caso de la reproducción asistida, el aborto y prestarse a ensayos clínicos, para lo que necesitan permiso paterno.
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